Ciencia e Innovación abarcará competencias que hasta ahora estaban en manos de Educación o Industria. Bajo su coordinación estarán los grandes organismos que trabajan por la ciencia y la tecnología, como el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) o los centros de astrofísica, oceanografía o geominería. Y la gran novedad, absorbe las competencias de educación superior, por lo cual, las Universidades –responsables del 60% de la investigación que se hace en España- pasan a depender del nuevo ministerio.
Tanto la nueva ministra como el portavoz del grupo socialista en el congreso se han apresurado en hacer declaraciones: “este será uno de los motores de la economía” comentaba la ministra.
El nuevo proyecto, han explicado, pretende dotar a este ministerio de "recursos y políticas" para que España "siga estando en la vanguardia de los países de la Unión Europea". "Tenemos que seguir estando con los mejores", han añadido.
Pero, ¿realmente estamos entre los mejores en materia de I+D+i? Pese a tan buenas voluntades -que sin duda siempre son un avance- conviene recordar en datos dónde nos encontramos en este campo.
Según publicaciones del Eurostat correspondientes a 2006, pese a la notable evolución en el gasto presupuestado para la materia los últimos años, España ocupa el puesto decimocuarto de la Unión Europea de los veintisiete en inversión en I+D+i. En concreto, la UE dedicó a estas inversiones un promedio del 1,84% del PIB en 2006, mientras que en España ascendió al 1,16%.
En cambio España ha logrado situarse en el 4º puesto del conjunto de la Unión Europea, en gasto público dedicado a Investigación y Desarrollo en relación con producto interior bruto, (PIB). El gasto total realizado por todas las administraciones públicas en España ascendió al 0,85% de PIB, en 2005, lo que la sitúa por encima de la media de la UE (0,74%). Solamente los Gobiernos de Finlandia, (1.03 %); Francia, (0,93%) y Suecia (0,89%), realizaron un esfuerzo mayor.
En el análisis de regiones con más personas ocupadas en altas y medias tecnologías, la publicación de Eurostat sitúa a Cataluña la tercera, con 286.000 trabajadores. Preceden a la región catalana, Lombardía (448.000) y Stuttgart (377.000).
Queda claro que pese a las buenas cifras que por fin se van reflejando en materia de innovación en nuestro país, no estamos a la cabeza de las principales naciones industrializadas, no ocupando ni de lejos el puesto de 8º potencia mundial que por PIB parece que ostentamos.
Parece difícil cumplir el objetivo de destinar el 3% del PIB a Investigación y Desarrollo establecido para 2010 en la Estrategia de Lisboa, pero se antoja un objetivo necesario para competir en un planeta financiero global con Estados Unidos y los países emergentes, como China e India.
Tanto la UE como España no pueden descuidar sus esfuerzos en las inversiones y, en el caso español, los principales esfuerzos del nuevo ministerio son aumentar la productividad de la economía y fomentar altamente la investigación efectuada por el sector empresarial.
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